La menopausia trae consigo muchos cambios en el cuerpo de la mujer, y uno de los aspectos que menos se habla es la salud vulvovaginal.
Vamos a decirlo claro desde el principio: nuestra vulva huele a vulva, y está bien así. No a flores, ni a perfume. Y nuestra vagina se limpia sola. Tiene un sistema de autolimpieza maravilloso que nos cuida cada día. No necesita jabones, desodorantes ni productos que prometen “frescura”, porque lo único que hacen es arrasar con su ecosistema bien colocadito.
La clave está en entender cómo cuidarnos con respeto, no con agresividad. Aprender a lavar, nutrir y proteger nuestras zonas vulvovaginales de forma consciente es una forma de devolverle a nuestro cuerpo el cuidado que él tiene con nosotras.
En este blog encontrarás un checklist definitivo para cuidar de tu salud vulvovaginal en la menopausia, con consejos prácticos y recomendaciones basadas en evidencia científica y en la experiencia profesional.
Además, si te interesa profundizar en el tema de la sequedad vaginal, te invito a visitar este artículo, donde encontrarás más herramientas y explicaciones.
¿Qué cambios ocurren en la salud vulvovaginal durante la menopausia?
La disminución de estrógenos al llegar a la menopausia implica una serie de modificaciones en la zona vulvovaginal:
- Reducción de la lubricación y elasticidad: la mucosa se vuelve más fina y menos elástica, lo que puede conllevar molestias e incomodidad.
- Alteración del pH: el ambiente natural de la vagina se puede desequilibrar, favoreciendo infecciones o irritaciones.
- Cambios en la flora microbiana: la microbiota, fundamental para proteger contra patógenos, se ve afectada por la menor producción hormonal.
- Sensibilidad y sequedad: estos cambios pueden traducirse en una sensación de sequedad, irritación o incluso dolor durante el coito.
Estas transformaciones son parte del proceso natural de envejecimiento, pero con el cuidado adecuado se pueden mitigar y mejorar.
Checklist definitivo para cuidar tu higiene vulvovaginal
A continuación, un conjunto de recomendaciones esenciales que te ayudarán a mantener y mejorar la salud de tu zona vulvovaginal durante la menopausia:
1. Higiene vulvovaginal respetuosa
- Lava la zona solo con agua tibia. No es necesario usar jabones o productos específicos si no hay indicación profesional.
- En caso de usar productos porque no estés preparada para cambiar al lavado solo con agua o el médico te recomiende lavar con jabón, elige los que estén formulados específicamente para la zona vulvovaginal y sin fragancias, sin alcohol y con pH fisiológico real, que no es el que te venden en el Supermercado.
- Evita el uso de duchas vaginales, toallitas perfumadas o productos que prometen “oler bien”: tu cuerpo ya hace su trabajo perfectamente y no necesita, ni tiene que, oler a flores, como nunca pretendemos que lo hagan los genitales masculinos.
2. Hidratación y nutrición de la piel vulvovaginal
- Puedes utilizar hidratantes específicos para la mucosa vulvovaginal indicados en menopausia, que ayudan a mantener la elasticidad y la comodidad de los tejidos. Pregunta a tu gine cuál comprar que sea respetuoso.
- A nivel nutricional, una dieta rica en vegetales, antioxidantes, grasas saludables y omega 3 ayuda a reducir la inflamación, mantener la integridad de las mucosas y favorecer la regeneración celular.
- Cuidar tu microbiota intestinal también es clave, ya que influye directamente en la microbiota vaginal y en la salud de toda la zona.
3. Evaluación profesional del suelo pélvico y la salud vulvovaginal
- Acudir a una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico es una forma segura y eficaz de saber en qué estado están tus tejidos, músculos y mucosas.
- Con una buena evaluación y unas pocas sesiones, puedes adquirir herramientas prácticas y un plan adaptado a ti, que te acompañe a mejorar tu salud vulvovaginal con conciencia y autonomía.
- Este tipo de acompañamiento puede marcar la diferencia, tanto si tienes síntomas como si simplemente quieres prevenirlos.
Una invitación a dedicar tiempo a tu bienestar
La menopausia no es solo una transformación biológica, sino también una oportunidad para invertir en ti misma. Es el momento ideal para detenerte, reflexionar y poner sobre la mesa aquellos problemas que pueden estar afectando diferentes áreas de tu salud: desde lo emocional hasta lo físico.
- Reconoce las señales de tu cuerpo: cada síntoma, desde la sequedad y el malestar vulvovaginal hasta molestias en el suelo pélvico, es una invitación a cuidarte mejor.
- Busca ayuda especializada: ya sea a través de una evaluación fisioterapéutica, asesoramiento nutricional o apoyo emocional, invertir en tu salud es la mejor decisión que puedes tomar.
- Dedica tiempo a conocerte: tomarte un tiempo para estar contigo misma, para identificar y tratar cada problema, es una inversión en tu bienestar a largo plazo.
Recuerda, cuidarte no es un lujo, es una necesidad. Con el conocimiento adecuado y el acompañamiento de profesionales, podrás transformar cada reto en una oportunidad para mejorar tu calidad de vida.
Un resumencito claro para terminar...
La salud vulvovaginal durante la menopausia requiere de atención y respeto. Este checklist definitivo es una guía para que puedas emprender el camino hacia un cuidado integral, que abarque desde una higiene adecuada hasta la inversión en asesorías y evaluaciones profesionales.
No olvides que nuestro cuerpo, con todas sus peculiaridades, merece ser cuidado con el mismo respeto y cariño que le damos en otros ámbitos. Y si quieres profundizar en temas como la sequedad vaginal en la menopausia, te invito a leer este artículo para complementar tus conocimientos.
Cuida de ti, porque tu bienestar es la mejor inversión que puedes hacer.