Siempre que se inicia una nueva etapa en la vida, ya sea al comenzar un nuevo trabajo, mudarse a otra ciudad o modificar algo en la rutina habitual, incluso si se trata de un cambio deseado y esperado, una puede sentirse como si estuviera completamente desnuda y rodeada de agua. Es como si se sobreviviera porque el agua solo llega al cuello y se sabe nadar, pero ¿hasta cuándo estás dispuesta a quedarte ahí, flotando, porque es lo único que sabes con certeza que puedes hacer?
La incertidumbre paraliza, pero si no te mueves ni avanzas en alguna dirección, nunca sabrás si hay alguien cerca dispuesto a ayudarte y a guiarte en esta nueva aventura que has decidido emprender.
Desgraciadamente, la menopausia no es algo que podamos elegir. Sabemos desde que nacemos que un día llegará, y no hablar de ella o evitar pensar en ello no hará que ocurra más tarde o que no ocurra en absoluto.
Cuando digo "desgraciadamente", no quiero que se malinterprete. Mi discurso puede parecer contradictorio, pero ese "desgraciadamente" se refiere al hecho de que el paso del tiempo y el sexo no son elecciones nuestras.
Sin embargo, no hay que temerle al cambio. Durante la etapa del climaterio (perimenopausia, menopausia y postmenopausia), contar con la guía y el acompañamiento de una nutricionista que entienda tu caso, te escuche de manera activa y trabaje contigo para decidir cómo abrazar esta nueva etapa de la forma más saludable posible, hará que finalmente puedas tocar tierra firme y dejes de flotar en ese agua desconocida.
Por ello, en el capítulo de hoy hablaremos sobre alimentación y menopausia, y más concretamente, sobre la dieta rica en fitoestrógenos. ¿Qué son exactamente los fitoestrógenos y qué efectos pueden tener en nuestro cuerpo? ¿Existe un beneficio real en este tipo de alimentación?
¿Qué son los fitoestrógenos? Definición y tipos
Los fitoestrógenos son moléculas derivadas de vegetales cuya estructura es muy similar a los estrógenos producidos por los ovarios. Estas sustancias forman parte del amplio grupo de los fitoquímicos, compuestos vegetales que, aunque no son esenciales como las vitaminas o minerales, han demostrado tener beneficios significativos para la salud.
Actualmente, se estima que existen unos 4.000 fitoquímicos, aunque solo 150 han sido estudiados en profundidad. Dentro de este grupo, los fitoestrógenos constituyen un subtipo importante. Debido a su similitud estructural con las hormonas sexuales femeninas, los fitoestrógenos actúan como imitadores de los estrógenos en el cuerpo. Sus efectos pueden ser beneficiosos o perjudiciales según la dosis y la edad de quien los consume.
Estos compuestos tienen acción estrogénica en sistemas como el óseo, cardiovascular y nervioso central, pero no afectan de la misma manera al tracto genital ni a las mamas. Por esta razón, conocer los tipos de fitoestrógenos presentes en los alimentos y sus mecanismos de acción es clave para aprovechar sus beneficios de manera segura.
Según su estructura, los fitoestrógenos se dividen en tres grandes grupos:
- Isoflavonas: Se encuentran en alimentos como la soja y sus derivados (tofu, tempeh, edamame) y en menos cantidad en legumbres y cereales integrales.
- Lignanos: Abundan en el lino y el aceite de linaza. Han demostrado tener efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular.
- Cumestanos: Aunque son los menos estudiados, se cree que tienen un gran potencial en la salud humana. Los encontramos en alimentos como el brócoli, col rizada, repollo, coles de Bruselas, espárragos y zanahorias. También están presentes en legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Funciones de los fitoestrógenos
Los fitoestrógenos aportan numerosos beneficios a la salud gracias a sus efectos:
- Antioxidante: Protegen las células del daño causado por factores como el estrés, la contaminación, el tabaco y el envejecimiento.
- Antiinflamatorio: Reducen la producción de sustancias inflamatorias, como citoquinas y leucotrienos, en gran parte por malos hábitos acumulados.
- Hipocolesterolemiante: Ayudan a disminuir el colesterol total y LDL, mientras aumentan el HDL.
- Hipotensor: Relajan las paredes de los vasos sanguíneos, mejorando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial.
- Hipoglucemiante: Mejoran la sensibilidad a la insulina y el transporte de glucosa, regulando los niveles de azúcar en sangre.
- Protector de los huesos: Favorecen la formación ósea y previenen la pérdida de masa ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis.
- Neuroprotector: Mejoran la función cognitiva y protegen contra el deterioro neuronal, ayudando a prevenir enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
- Regulador hormonal: Equilibran los niveles de estrógenos y progesterona, aliviando los síntomas del ciclo menstrual y de la menopausia.
Posibles beneficios y contraindicaciones
- Síntomas de la menopausia: Las isoflavonas han mostrado eficacia en el alivio de sofocos, aunque la evidencia aún es limitada.
- Salud cardiovascular: Los fitoestrógenos, especialmente las isoflavonas, mejoran el perfil lipídico y favorecen la salud cardiovascular.
- Reducción del riesgo de cáncer: Isoflavonas y lignanos tienen propiedades anticancerígenas que pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer (mama, colon, próstata).
- Contraindicaciones en embarazo: Por su efecto hormonal, no se recomienda una dieta rica en fitoestrógenos a mujeres embarazadas o que deseen concebir.
- Interacciones con tratamientos hormonales: Pueden interferir con terapias hormonales sustitutivas o medicamentos como anticonceptivos orales.
- Posibles intolerancias: En algunos casos, alimentos ricos en fitoestrógenos (como la soja o el gluten) pueden ser inflamatorios o intolerantes, dependiendo de la persona.
Aunque todavía son necesarios más estudios para entender a fondo los efectos de los fitoestrógenos, los resultados actuales son prometedores, especialmente para mujeres que atraviesan la menopausia.Empiece a escribir aquí...