Llegas a los 45, 48, 52… y de repente algo cambia.
Tu cuerpo ya no responde como antes.
El deseo viene y va.
El sexo, que en otro momento disfrutabas sin pensar, ahora te incomoda, te cuesta, o directamente no te apetece.
Te preguntas: ¿qué me está pasando? ¿Estoy perdiendo mi sexualidad? ¿Se acabó el placer?
No, no se acabó. Pero sí está cambiando.
Y lo más importante es que entiendas qué está ocurriendo… y que sepas que no estás sola.
La gran transformación: ¿qué pasa en tu cuerpo durante la menopausia?
La menopausia no es solo “el fin de la regla”. Es un cambio profundo, hormonal, físico, emocional.
El descenso de estrógenos y progesterona tiene un impacto directo sobre tu cuerpo… y sobre tu sexualidad:
- Sequedad vaginal: la mucosa se vuelve más fina y menos elástica.
- Disminución del deseo sexual: tanto por factores hormonales como emocionales.
- Cambios en la lubricación y sensibilidad: que pueden hacer el sexo incómodo o incluso doloroso.
- Alteraciones del sueño, del estado de ánimo y del estrés: todo influye en cómo vives tu deseo.
Y sin embargo… nadie nos prepara para esto.
Muchas mujeres llegan a esta etapa sintiendo vergüenza, miedo, incluso culpa por no sentirse “como antes”. Pero ¿y si te dijera que esta etapa puede ser el inicio de una sexualidad más libre, consciente y empoderada?
Una nota personal
Aunque yo aún no esté viviendo esta etapa, como mujer y como profesional de la salud me siento en la responsabilidad de hablar de todo esto.
Porque se nos ha silenciado demasiado. Porque se siguen normalizando cosas que no lo son. Y me siento en deuda con todas nosotras, que merecemos investigación y divulgación de calidad.
Porque muchas mujeres no tienen acceso a esa información cercana, rigurosa y sin juicios.
Y porque la menopausia no debería vivirse como una pérdida, sino como lo que realmente es: una etapa más de la vida, con todo su potencial, su fuerza y su posibilidad de empoderamiento.
No estás rota. Estás evolucionando.
La menopausia puede vivirse como una pérdida, pero también como un despertar.
Es cierto: el cuerpo cambia. Pero también puede cambiar la manera en que vives tu placer, tu intimidad, tu conexión contigo misma.
Muchas mujeres descubren en esta etapa una nueva sexualidad más conectada con lo que realmente quieren.
Ya no buscan complacer, ni “cumplir”. Buscan sentir, explorar, gozar desde otro lugar.
La clave está en dejar de mirar el sexo como lo hacíamos antes… y empezar a preguntarnos:
- ¿Qué me da placer ahora?
- ¿Qué me gustaría explorar sin juicios?
- ¿Qué ideas arrastro sobre el sexo que ya no me sirven?
¿Hay dolor, sequedad vaginal o molestias? Esto también tiene solución.
Una de las quejas más comunes en consulta es: “No disfruto como antes, y además me duele”.
Y lo triste es que muchas mujeres lo asumen como algo “normal” y se resignan.
Pero no, no tienes que conformarte con una sexualidad dolorosa o inexistente.
La sequedad vaginal, la atrofia, la disminución de la lubricación tienen solución, desde tratamientos hormonales, hidratantes específicos, cambios en la alimentación o acompañamiento emocional.
- Si notas molestias físicas, tu cuerpo necesita cuidado: ginecología integrativa, nutrición específica, fisioterapia de suelo pélvico.
- Si lo que sientes es desconexión emocional, culpa o bloqueo, probablemente necesites mirar hacia adentro con una sexóloga que te ayude a reconectar con tu placer.
Una nueva forma de deseo: más lenta, más íntima, más tuya
En esta etapa, el deseo puede no ser tan espontáneo como antes, pero puede ser más profundo.
Empieza a despertarse con una caricia, una mirada, un tiempo para ti, un autotoque sin prisas.
No necesitas ser como antes. Necesitas escucharte como nunca.
Porque el deseo no ha muerto. A veces solo necesita otro ritmo. Otra forma de presencia. Otra manera de conectar.
Empieza por preguntarte: ¿qué necesito hoy para volver a disfrutar?
Nos merecemos y debemos más conversaciones con nosotras mismas. Escucharnos nos ayuda a entendernos.
Tal vez sea un cambio físico.
Tal vez una conversación pendiente contigo misma.
Tal vez soltar creencias sobre lo que “debería” ser el sexo a tu edad.
Lo importante es esto: no tienes por qué vivirlo sola.
Ni desde el miedo, ni desde el juicio.
Hay profesionales que pueden acompañarte, cada una desde su lugar: ginecología, nutrición, sexología, psicología.
Lo importante es dar el primer paso: atreverte a mirar tu sexualidad con nuevos ojos.
¿Y si esta etapa fuera la más poderosa de tu vida sexual?
No eres menos mujer. No eres menos deseable. No estás defectuosa.
Estás en un momento de cambio. Y como todo cambio, asusta… pero también abre puertas.
Si te resuena todo esto, empieza hoy. Con un gesto pequeño. Un “sí” a ti.
A tu placer. A tu cuerpo. A tu deseo, tal como es hoy.
Porque el sexo no se acaba con la menopausia.
Se transforma.
Y tú puedes decidir cómo vivir esa transformación.